Nunca me ha parecido bien la asociación de términos relacionados con una forma de gobierno del estado, como es la monarquía, con los nombres de las aves más bellas.
Y lo digo porque, como es sabido, algunas de ellas llevan en su nombre el apelativo de Real o Imperial: Águila Real, Milano Real, Garza Imperial…
Es decir, el mensaje subliminal es “La monarquía es bella”
Supongo que quienes decidieron promover esos nombres olvidan que, por ejemplo, Carlos II según una carta del nuncio papal de la época era “…más bien bajo que alto, feo de rostro; tiene el cuello largo, la cara larga y como encorvada hacia arriba; el labio inferior típico de los Austria… No puede enderezar su cuerpo sino cuando camina, a menos de arrimarse a una pared, una mesa u otra cosa”. Vamos, un auténtico Quasimodo.
Es bien conocido que a este rey en sus paseos por los jardines de La Granja le daba por cambiar los nombres a algunas aves de las que se encontraban para su distracción en grandes jaulones de vuelo: “De aquel grupo de allá, a aquel que bebe tanto le ponéis... Archibebe, a ese que no para de piar, Chillón, y ese pequeño… ¡qué gracioso!..me recuerda al cabeza de chorlito del Marqués de Riscal. Acabo de concederle el marquesado y tiene la desfachatez de ganarme siempre al billar…a ese ponedle… Chorlito carambolo”.
El mismo mensaje pero a la inversa se produce en el Tejedor Republicano. Este pobre desgraciado vive exiliado en el desierto de Kalahari, por lo que no ve el agua en toda su vida, no es lo que se dice un pájaro bonito y además se desarrolla en nidos coloniales de miles de individuos, por lo que se ve obligado a confraternizar permanentemente con sus suegros y sus innumerables cuñadas.
Por otra parte, ¿a qué viene estigmatizar a las aves que no destacan por su estética con adjetivos como bastardo, vulgar o similares?
¿Os imagináis que lleváramos todas estas prácticas a nuestras relaciones sociales? Sería curioso encontrarnos haciendo presentaciones del tipo: “Hola aquí, Amparito, mi real cuñada, y este es Amadeo, un amigo vulgar”, o “¿Conoces a Nuria, mi imperial novia?… ¿y al bastardo de su padre?”
Menos mal que la SEO se ha dado cuenta de estas incongruencias y las está poniendo remedio. Creo que uno de los últimos cambios de nomenclatura se produjo de esta forma:
Último día de trabajo antes de las vacaciones de navidad. Un par de naturalistas de la SEO, bastante achispados después de la comida de celebración, rematan el trabajo del año frente a una botella semivacía de un Rioja Crianza 2009.
-Oye Cesádeo que digo yo que edte año no hemod cambiado el nombde a ningún pájado.
-Pued le podíamod hacez un favod al ruiseñod baztardo, pod ejemplo, hip.
-Y ¿qué le ponemod, hip hip?
-¿Tú de qué equipo eded?
-Yo de Vigo, ded Ceeltttaa de Vigo, hip. ¡ Ceeeltaaaa! ¡Ceeeetttaa! ¡¡Ceettiiaaa!¡ Ceeeeetttiiaaaa!! hip, hip, ‘ ¡¡¡Oeeee, oeeee, oeeeee oeeeee!!!
- Chiiissssss….chiiiiisssssss ….. Pued arreglao. El Cettia Ruiseñozzz. Si señodd, le hemos clavao, ja, ja, ja.
En fin, para compensar estos desatinos os muestro una tomas de aves marcadamente republicanas, pero muy bellas, captadas en Argentina.
Y lo digo porque, como es sabido, algunas de ellas llevan en su nombre el apelativo de Real o Imperial: Águila Real, Milano Real, Garza Imperial…
Es decir, el mensaje subliminal es “La monarquía es bella”
Supongo que quienes decidieron promover esos nombres olvidan que, por ejemplo, Carlos II según una carta del nuncio papal de la época era “…más bien bajo que alto, feo de rostro; tiene el cuello largo, la cara larga y como encorvada hacia arriba; el labio inferior típico de los Austria… No puede enderezar su cuerpo sino cuando camina, a menos de arrimarse a una pared, una mesa u otra cosa”. Vamos, un auténtico Quasimodo.
Es bien conocido que a este rey en sus paseos por los jardines de La Granja le daba por cambiar los nombres a algunas aves de las que se encontraban para su distracción en grandes jaulones de vuelo: “De aquel grupo de allá, a aquel que bebe tanto le ponéis... Archibebe, a ese que no para de piar, Chillón, y ese pequeño… ¡qué gracioso!..me recuerda al cabeza de chorlito del Marqués de Riscal. Acabo de concederle el marquesado y tiene la desfachatez de ganarme siempre al billar…a ese ponedle… Chorlito carambolo”.
El mismo mensaje pero a la inversa se produce en el Tejedor Republicano. Este pobre desgraciado vive exiliado en el desierto de Kalahari, por lo que no ve el agua en toda su vida, no es lo que se dice un pájaro bonito y además se desarrolla en nidos coloniales de miles de individuos, por lo que se ve obligado a confraternizar permanentemente con sus suegros y sus innumerables cuñadas.
Por otra parte, ¿a qué viene estigmatizar a las aves que no destacan por su estética con adjetivos como bastardo, vulgar o similares?
¿Os imagináis que lleváramos todas estas prácticas a nuestras relaciones sociales? Sería curioso encontrarnos haciendo presentaciones del tipo: “Hola aquí, Amparito, mi real cuñada, y este es Amadeo, un amigo vulgar”, o “¿Conoces a Nuria, mi imperial novia?… ¿y al bastardo de su padre?”
Menos mal que la SEO se ha dado cuenta de estas incongruencias y las está poniendo remedio. Creo que uno de los últimos cambios de nomenclatura se produjo de esta forma:
Último día de trabajo antes de las vacaciones de navidad. Un par de naturalistas de la SEO, bastante achispados después de la comida de celebración, rematan el trabajo del año frente a una botella semivacía de un Rioja Crianza 2009.
-Oye Cesádeo que digo yo que edte año no hemod cambiado el nombde a ningún pájado.
-Pued le podíamod hacez un favod al ruiseñod baztardo, pod ejemplo, hip.
-Y ¿qué le ponemod, hip hip?
-¿Tú de qué equipo eded?
-Yo de Vigo, ded Ceeltttaa de Vigo, hip. ¡ Ceeeltaaaa! ¡Ceeeetttaa! ¡¡Ceettiiaaa!¡ Ceeeeetttiiaaaa!! hip, hip, ‘ ¡¡¡Oeeee, oeeee, oeeeee oeeeee!!!
- Chiiissssss….chiiiiisssssss ….. Pued arreglao. El Cettia Ruiseñozzz. Si señodd, le hemos clavao, ja, ja, ja.
En fin, para compensar estos desatinos os muestro una tomas de aves marcadamente republicanas, pero muy bellas, captadas en Argentina.
El cormorán roquero, muy aficionado a la música de Bruce Springsteen
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El cauquén común en familia
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Y saliendo de vacaciones
El Escúa, que aunque aquí parece que nunca ha roto un plato, tiene muy mala leche
Y un ave aficionada a las rondallas y tunas, la Bandurria austral
El pato que se pone ciego en los cines a palomitas, Pato Maicero
Ni blanca, ni negra...la Gaviota Gris
No, allí no se llama cenizo, allí es el Gavilán Ceniciento
Y un tio simpático donde los haya...el Pinguino de Magallanes
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